Si otro día, por ejemplo, váis con vuestro avión caza de combate, queréis aterrizar en un portaaviones cualquiera, y de repente os da la tos y se os pasa la gana de aterrizar, no atéis ningún palitroque al avión. Levantáis el morro, le dáis caña y ¡a volar!
Cómo (no) aterrizar en un portaaviones
viernes, 4 de marzo de 2011
Etiquetas: curiosidades
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