Mi amigo José Enrique tenía una mascota a la que adoraba. Era un oso polar adulto y se querían muchísimo. Lo mismo se hacían fotos, que se daban un baño, que se dormían en el jardín abrazados. Ya no. No es que el oso haya muerto o algo así, sino que José Enrique no aparece. El oso está gordo como una foca desde entonces. ¿Qué le habrá pasado?
Osito
viernes, 1 de julio de 2011
Etiquetas: animales
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