Para celebrar el 50 aniversario de los Crash Tests (pruebas de choque de automóviles para comprobar cómo responden en caso de accidente) hicieron una de ellas con dos Chevrolet: un Bel Air de 1959 frente a un Malibú del 2009. Los resultados son demoledores: mientras que el conductor del coche antiguo seguramente perdería la vida por el golpe, el del moderno casi ni resultaría herido.
Tiempos modernos
miércoles, 6 de julio de 2011
Etiquetas: coches
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