La compra semanal en un supermercado chino es como una sesión de alguna película gore. Parece que estamos en un parque temático de los horrores, dada la capacidad de aquella gente de comerse cualquier cosa que respire. Aunque, si lo piensas bien, el aspecto de las ostras o las criadillas tampoco es que digan mucho de nuestros gustos culinarios. ¿Y la lengua de vaca? ¿y las anguilas? ¿y los caracoles? Bueno, mejor nos callamos...
Cocodrilos listos para hornear
Arroz "sírvase usted mismo"
Carne "toca y elige"
Ranas y tortugas
Costillas "por favor no tosa usted encima"
Miembros de reptil congelados
Más ranas
patos desecados
Caramelos de carne
Caritas de cerdo (también en España)
Y finalmente "calzoncillos antibacterias"
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