Éste debe ser el delincuente más imbécil de la historia. La policía le detuvo como sospechoso del asesinato de un hombre en una licorería. Al mirarle los tatuajes resultó ¡que se había grabado toda la escena en ellos!
Una confesión en toda regla y por escrito.
Además de asesino, tonto perdido.
Asesinato en tinta china
martes, 26 de abril de 2011
Etiquetas: curiosidades
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