Ya sabía yo que la solución de nuestros males estaba en los perros, esos ángeles que siempre tenemos a nuestro lado. Lo que no me imaginaba es que también podían ayudarnos ante la crisis del petróleo que padecemos. Te compras un cochecito de esos para niños, se lo cuentas a tu perro (que encima se lo pasa genial, menudos saltos que pega el tío) y ¡hala! a tomar por saco la porra con la gasolina.
PD: por cierto, me pide Nina que os diga que en China no se comen a los perros, porque se lo ha dicho su profe de chino. Dicho queda.
La solución a la crisis del petróleo
martes, 5 de abril de 2011
Etiquetas: animales
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