A finales de la semana pasada, una gigantesca nube en forma de hongo se condensó sobre Pekín, causando el pánico entre los habitantes de la capital de China. El fenómeno estuvo acompañado por un amplio aparato eléctrico y fue tomando la característica forma de una explosión nuclear. Muchos testigos creyeron que había estallado una guerra o que se estaba produciendo un cataclismo capaz de provocar el fin del mundo. Pues no, era un simple nubarrón caprichoso con forma de inmensa seta.
Nubes extrañas
martes, 19 de junio de 2012
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