Conducir con mala sombra

martes, 4 de mayo de 2010

Yo era así. Mi coche era sagrado, todos los sábados lo limpiaba y le pasaba la aspiradora y cualquier raspón en su pintura me dolía más que si me lo hicieran en mi propia cara.
Desde que tengo hijos, lo lavo tres veces al año, y sólo quito los papeles viejos de huevos kinder, helados y patatas fritas resecas del asiento trasero,cuando me impiden ver bien por el retrovisor.
Y vivo mucho más feliz, oye.
(¡Gracias por los anuncios, María!)

2 comentarios:

Martita dijo...

jejeje mola!

Inma dijo...

Qué bueno! Y qué mala idea.....