Tatuajes

lunes, 19 de septiembre de 2011

Ten hijos para esto.
Mathew Wheeler era un chico normal y corriente. Un día, jugando en el parque con sus amigos, se dió un golpe en la cabeza con la rama de un árbol. De repente, empezó a hablar en chino y a pintarse el cuerpo con cualquier bolígrafo que encontraba. Un amigo con mala leche, le recomendó un sitio donde hacían tatuajes baratos y...
Bueno, mejor mirad cómo ha acabado.












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