Tufillo a pescado

miércoles, 26 de marzo de 2014

Mi primo Honorato huele raro. Siempre hemos pensado que era por falta de ducha, porque le gusta menos el agua que a un camello, pero va a ser que no. El tufo que desprende a pescado no viene de sus alerones, sino que es consecuencia de lo torpe que ha sido siempre. Resulta que Honorato estaba en paro, y le ofrecieron conducir una carretilla elevadora en Mercamadrid. El pobre le pone todo el interés que puede, pero el que es tonto, es tonto aunque intente disimularlo. Y Honorato es muy tonto, definitivamente.


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