Polis y cacos

jueves, 9 de febrero de 2012

La historia la ha protagonizado un policía de la ciudad británica de Sussex. Las cámaras de seguridad de la ciudad detectaron la presencia de un individuo que actuaba de forma «sospechosa». El operario que supervisaba la cámara avisó de su presencia a un policía de paisano que patrullaba esa zona de la ciudad. Le advirtió también de que ya lo había visto merodear por la zona con anterioridad y destacó que parecía «rápido y escurridizo». Con estos datos, el policía comenzó una infructuosa búsqueda por las calles de Sussex, mientras el operador de la cámara veía cómo el comportamiento del individuo desconocido se volvía cada vez más sospechoso. La insólita persecución se prolongó por espacio de 20 minutos, hasta que un sargento entró en la sala de control de la comisaría y, entre carcajadas, identificó al supuesto delincuente como el policía encargado de perseguirlo.Confundido por las indicaciones del operario de la cámara, ¡se había estado persiguiendo a sí mismo! (ABC)

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