Ni él mismo se lo cree. Si todo hubiera ido normalmente, se hubiera dejado los piños contra el suelo, pero ese día su ángel de la guarda estaba haciendo horas extra. Lo que podría ser una caída muy peligrosa, se convierte, por arte de magia, en una bonita pirueta. Menuda potra, macho.
Un tío con suerte
jueves, 23 de febrero de 2012
Etiquetas: curiosidades
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