Eso es lo que decía una canción de cuando reinaba Carolo. Ahora puedes hacerlo realidad con un diseño del español Martín Azúa. Cuando no lo necesitas, te cabe en un bolsillo, pero si tienes necesidad repentina de vivir bajo un techo, lo desdoblas y ya está. Por lo visto, el propio calor del sol o humano lo mantiene derecho. Y si se te cae encima, tampoco es que te vaya a aplastar, vamos. Como es reversible, puedes elegir cuál de los dos lados poner fuera, y así calentarla o refrigerarla, ya que uno absorve y otro repele el calor.
Viviendo en mi casita de papel
martes, 7 de febrero de 2012
Etiquetas: creatividad, inventos
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