Le regalé hace poco a mi primo Eladio una caña de cola de rata, ya que se iba de excursión a Canadá a pescar salmones en los ríos. Mi querido Juanecas, otro bloguero de éxito en potencia como yo, es un experto en el tema, y me aseguró que le había cogido el tranquillo en unos minutos, y que había pescado una trucha de más de dos kilos gracias a esa técnica (también me dijo luego que la trucha picó mientras él plantaba un pino en las cercanías, así que algo falla en la historia, pero eso es otro tema...)
Eladio es algo más torpe que Juanecas y además no se entera ni del Nodo, por lo que la primera vez que probó el invento no pescó ningún pez, sino un ciervo. Sí, sí, como os lo digo, un auténtico ciervo de cientos de puntas. Lo mejor, la cara que se le quedó al pobre animal, ¡que nunca había sido pescado!
Cola de rata
lunes, 21 de enero de 2013
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