Unos físicos de la Universidad de California enfriaron un diminuto remo de metal o «baqueta cuántica», de unos 30 micrómetros de longitud, pero visible al ojo humano, que vibra cuando se coloca en movimiento en un rango de frecuencias. Después, conectaron el remo a un circuito eléctrico superconductor para que alcanzara el estado cuántico, algo largamente buscado por los científicos. Entonces, y debido a las extrañas reglas de la mecánica cuántica, consiguieron colocar simultáneamente el remo en movimiento... mientras se mantenía quieto. El remo, simultáneamente, estaba vibrando y no vibrando. La mecánica cuántica afirma que las partículas subatómicas pueden estar y no estar, simultáneamente, en un sitio y momento determinado. Este pequeño artefacto lo demuestra.
Este descubrimiento puede abrir muchas puertas en el mundo de la física, desarrollar nuevos dispositivos para controlar los estados cuánticos de la luz o, aunque parezca ciencia ficción, investigar los límites de nuestro sentido de la realidad. El último gran objetivo es colocar un objeto macroscópico, algo tan grande como un ser humano, por ejemplo, en dos lugares a la vez.
(Fuente: ABC)
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