Lo que hemos dicho ya cienes de veces: una foto tomada en el instante oportuno se convierte en algo único, especial e irrepetible.
Hoy os pongo una de un auténtico pegaso: mitad caballo (vale, no es un caballo, pero es un primo lejano), mitad ave.
Bonito, ¿no?
¿Pegaso?
domingo, 5 de diciembre de 2010
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