Tiendas de chinos

Los que lleváis siguiendo este blog desde el inicio, hace ya casi cincuenta años (cómo pasa el tiempo...), sabéis que me encanta ir a los chinos a comprar, sobre todo por los carteles que ponen en las productos. Yo voy con Ninuski a uno que hay cerca de casa que es enorme, tiene de todo y lo atienden cinco personas, chinas todas ellas, que no tienen ni la más remota idea de español. Y eso me parece muy meritorio: llevar un negocio en un país extranjero sin poder comunicarte con tu clientela y hacerlo con éxito, es de gente con talento. Lo primero que se aprende en los cursos de ventas es la importancia de la comunicación con el cliente. Pues ellos se lo pasan por el forro y venden sin parar.
Eso sí, hace poco le compré a Ninuski unos lápices de colores (marca Alpino, o sea, de los mejores para el cole) y cuando los estrenó, resulta que al intentar dibujar con ellos y apretarlos contra el papel, se les salía la mina por el culo del lápiz. No debían haberla pegado bien los que piratearon el producto en China. Eso me pasa por tacaño....
Ahora bien, estos fideos ni se me ocurrió comparlos, aunque sean baratos.