Los niños (hoy va de niños, siempre hay un tema estrella involuntario) tienen, sobre todo, una inmensa curiosidad y una capacidad de asombrarse sin límites. Pocas cosas hay más impresionantes que la cara de un bebé cuando descubre algo que le gusta o que le atrae, es la imagen viva de esa fuerza que tiene el ser humano (algunos, al menos) de interesarse por todo, de descubrir, de probar, lo que nos hace seguir adelante pase lo que pase. Cuando le preguntaron a Mallory, uno de los primeros hombres en subir al Everest (no está claro si lo consiguió o no) que por qué lo hacía, simplemente dijo: "porque está ahí".
Descubriendo el mundo
sábado, 21 de enero de 2012
Etiquetas: humanidad
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