Mantis atea

martes, 25 de septiembre de 2012

¿A ti se te sube una mantis espinosa a la mano, grande como un caballo, y te dedicas a provocarla para ver cómo te ataca el dedo gordo? Yo, ni de coña. Una vez se me posó una en el hombro mientras paseaba con Ninuski. Yo no me di ni cuenta, pero Ninuski de repente se paró, me señaló el hombro,  gritó: "¡que tienes un bichooooo!" y salió corriendo como una posesa alejándose de mi. Mi reacción fue valiente y mesurada: pegué un grito mayor que el de ella y corrí en dirección contraria mientras pedía ayuda desesperada a la gente que paseaba por allí. Nunca he vuelto a ese lugar: primero porque hay mantis y segundo porque la gente me mira, me señala con el dedo y se ríen. Qué poco solidarios...


0 comentarios: