Mariposa

miércoles, 12 de septiembre de 2012


¿Nunca os he hablado de mis hermanas? Son cuatro. Una está pero no está, otra no está pero está, y las otras dos están como si siempre estuvieran. Una de éstas últimas se llama Mariposa. Tiene este nombre desde hace poco tiempo, menos de un mes, pero la verdad es que es el que mejor le sienta de todos los que ha tenido. Es que es un nombre muy descriptivo: ella es como una mariposa, capaz de volar (¡qué envidia!) pero nunca como lo haría un pájaro, aleteando rítmicamente y dirigiéndose a donde quiere ir de forma más o menos directa. Las mariposas, como ella, vuelan pero van como les da la gana: a saltos, dando muchos giros, moviendo las alas como les apetece, subiendo y bajando sin parar, de forma que si las miras sin atención, parece que van perdidas. Pero no, ellas saben bien a dónde van, lo que pasa es que les gusta hacer las cosas de forma distinta y divertirse por el camino. ¿En qué más se parece Mariposa a una mariposa? En que jamás te hará daño, ni siquiera sin querer. Y también en que un mundo sin ellas sería una auténtica basura, porque dan color y alegría al paisaje, y sobre todo originalidad. Nos ayudan a todos sin darse ni cuenta y por eso se creen frágiles y sin importancia, cuando la verdad es que si no existieran, tampoco existirían las flores. Así de importantes sois las mariposas, mi Mariposa.

(Podéis conocerla mejor en Las cosas de Mariposa)

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