Cuando llegábamos a Cogolledo de Novosibirsk, el pueblo ruso donde mi primo estudia para taxista, nos cruzamos con Fabián, otro colega ruso, que se dedica al ciclismo. Ha ganado un montón de carreras, entre ellas la cronometrada entre Las Navas de Saratov y Villanueva de Ekaterinburg, y la clásica Vuelta Ciclista a los Puertos Urales. Ya os conté que allí no hay mucha pasta, por lo que los premios son muy limitados. De hecho, por ganar la cronometrada le dieron un paquete de galletas María, y por la carrera de los puertos, un beso del director de carrera, un siberiano con bigote y aliento fétido. Así que el pobre Fabián se ha construido una bici con unos cuantos alambres y piezas que tenía por casa. No había mucho material, por lo que le ha quedado algo escasita de tamaño, pero funcionar, funciona.
Minibici
sábado, 15 de septiembre de 2012
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