¡Arbol va!

martes, 18 de diciembre de 2012

Os he hablado muchas veces de mi prima Jennifer. Es prima por parte de padre e hija de mi tío Johnny, pazdescanse, al que le gustaba hacer puenting y similares. Su madre se llamaba Gusi y era calva como una aceituna y de un color parecido. Gastaba una peluca que se agarraba a las orejas cuando había ventisca, y que nos daba muchísima risa a mis hermanos y a mí cuando éramos críos. Mi tío Johnny se fue a vivir a los EEUU hace muchos años, e hizo una fortuna enorme a costa de los castillos. Os preguntaréis cómo es eso posible si en EEUU no hay castillos, ¿no? Pues por eso precisamente: compraba castillos en España, los desmontaba piedra a piedra y se los vendía a los ricachones de por allí para que los pusieran cerca de los pozos de petróleo y adormaran un poco el paisaje. Jennifer es la típica hija única que no ha pegado un palo al agua en su vida y vive de las rentas de la herencia que le dejaron sus padres. Tiene un bonito chalet en Ohio, o mejor dicho, lo tenía. Y es que había un enorme árbol en el jardin que le tapaba el sol de los atardeceres por lo que lo mandó talar. Pero la naturaleza, como es tan sabia como cabrona desalmada,  le ha pasado factura. Iva incluido.







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