Es el deporte de moda en las estaciones de esquí más prestigiosas. La pala de obrero era un instrumento en crisis porque ya casi no hay ya obras, y las pocas que hay usan las palas de toda la vida antes que gastar dinero en otras nuevas. Pero resulta que llegó mi amigo Boris de Ekaterinburgo, Rusia, e inventó el Snowpaling. Te vas a una ferretería, te gastas 15 euros en una pala de obra, te buscas una buena pista de descenso y ... ¡a batir records mundiales! El único problema es que te encuentres con una piedra o algo así y se te frene la pala en seco, porque el palo de la pala te va a dar para el pelo, es decir, te arreará un buen golpe en semejantes partes. Vete atento, chaval.
"Pa la" nieve
lunes, 31 de diciembre de 2012
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