Martuchi también es muy maniática. Le encantan los caballos, vive pensando en caballos, sueña con caballos y viste como un jockey aunque vaya a la compra. Está tan obsesionada que cuando los Reyes Magos le regalaron una bici, la modificó para seguir sintiendo que montaba a su caballo. Yo de pequeño hacía algo parecido: ponía unos naipes en la bici que rozaban con los radios de las ruedas y hacían ruido de moto. Martuchi, como es más lista que yo, ha construido algo un poco más sofisticado.
Trotando voooy, trotando vengooo
lunes, 3 de diciembre de 2012
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