No, no me refiero al espantoso programa de la TV, sino a un precioso ejemplo de cómo un hermano mayor ayuda a su hermana pequeña a cruzar un obstáculo callejero. A mí, mi hermano mayor me ayudaba mucho: me hacía los deberes de dibujo técnico cuando yo perdía la paciencia por los borrones que me salían, me dejaba el coche y me daba pasta para salir con mis ligues. Era mi héroe y mi referencia, todo un lujo. Luego me dió trabajo y estuvo a mi lado cuando le necesité. Ahora ya no sé nada de él ni creo que vuelva nunca a verle. Podría decir que la vida nos ha separado, pero os mentiría. Ha sido nuestra propia estupidez y creo que algún día la vida nos pasará factura por ser tan bobos...
Gran hermano
martes, 4 de diciembre de 2012
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