Siempre hacemos los muñecos de nieve de la misma forma: una bola gorda con otra menos gorda encima a la que le ponemos una zanahoria como nariz y unas piedrecitas como boca y ojos. A veces se le pone también un palo como bastón, y la verdad es que quedan graciosos y entrañables. Pero hay gente con talento que no se conforma con eso y busca darle a su muñeco un carácter diferente. Aquí donde yo vivo, como cuando nieva cae un centímetro y medio en el mejor de los casos, no podemos hacer demasiadas virguerías con nuestros muñecos. Hacemos dos pelotillas pequeñas, le ponemos un garbanzo de nariz y un palillo de bastón y tenemos mucho cuidado de no pisarlo.
Creativos bajo cero
domingo, 12 de enero de 2014
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