Y el caso es que cuando nos ponemos a ello, somos capaces de hacer cualquier cosa. Mandamos una nave a Marte, fabricamos artefactos del tamaño de un mechero con los que nos comunicamos con una persona que está al otro lado del mundo, curamos el cáncer, medimos la velocidad a la que viaja un neutrino y la comparamos con la de los fotones, y cosas así. Le das un monopatín a un tío y, si se le pone entre ceja y ceja, salta doscientos metros con él. O encesta un balón a cincuenta metros de distancia. O da tres mortales encima de un snowboard. O lo que sea que se nos pase por la voluntad. Porque TODO es un problema de voluntad.
Querer es poder
domingo, 20 de noviembre de 2011
Etiquetas: deporte
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