El mal genio

lunes, 7 de noviembre de 2011

Marta, una amiga, me manda esto y como me ha gustado, os lo pongo:

"Había una vez un niño que tenía muy mal genio. Su padre le regaló una caja de clavos y le dijo que cada vez que perdiera el control tenía que clavar un clavo en una puerta antigua y de madera muy dura que había en la parte trasera de la casa.
El primer día el niño había clavado 37 clavos en la puerta. En las siguientes semanas, como había aprendido a controlar su rabia, la cantidad de clavos comenzó a desminuir diariamente.
Descubrió que eras más fácil controlar su temperamento que clavar los clavos en la puerta. Finalmente llegó el día en que el niño no perdió los estribos. Se lo contó a su padre, quien le sugirió que por cada día que se pudiera controlar sacara un clavo de los que había clavado.

Los días transcurrieron y el niño finalmente le pudo contar a su padre que había sacado todos los clavos. El padre tomó a su hijo de la mano, lo llevó hasta la puerta y le dijo: “Has hecho bien, hijo mio, pero mira los agujeros en la puerta. Ya nunca volverá a ser la misma. Cuando dices cosas con rabia, cosas que hacen daño, dejan una cicatriz como ésta. Es como clavar un cuchillo a un hombre y luego sacárselo. No importa cuántas veces le pidas perdón, la herida siempre seguirá ahí”
Una herida verbal es tan dañina como una física. Recuerda que los amigos son joyas muy escasas.
Te hacen reir y alentarte para que progreses; te prestan un oído, comparten palabras de aprecio y siempre quieren abrirnos su corazón.
Esta es la Semana Internacional de la Amistad. 

¡Demuéstrale a tus amigos cuanto los aprecias!"

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