Os digo yo que el ser humano es capaz de conseguir todo aquello que se propone. Volar siempre ha sido un deseo, difícil de cumplir salvo que nos montemos en un avión (el que vuela es el avión, a tí sólo te llevan) o que nos salgan alas, algo que de momento no ha pasado.
Pero mi tío Aniceto, con sus 87 años, se propuso volar en formación con un par de aviones de combate, dos cazas de la fuerza aérea. Cuando le dijimos que se le había secado la única neurona que tenía viva, nos miró con cara de suficiencia y sonrió.
Ahora me manda este vídeo. Alucina, vecina.
Volar como los... ¿aviones de caza?
lunes, 28 de noviembre de 2011
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