Como el dolor ajeno no lo notamos nosotros, pensamos que no existe. Si hay algo en lo que el ser humano necesita evolucionar, es en la empatía. Tenemos que aprender a ponernos en la piel de los demás (andar con sus zapatos, como dicen los ingleses) y preocuparnos por ellos tanto, al menos, como nos preocupamos por nosotros mismos. Ese día, si es que llega, nos habremos salvado como especie. Y los demás también son los animales, que conste.
Preciosa campaña de Médicos sin Fronteras.
(Gracias Anacleto)
Pastillas contra el dolor ajeno
martes, 13 de diciembre de 2011
Etiquetas: humanidad
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