Se llama Aquilino y tiene siete meses de edad. Sufre el famoso síndrome de las patas largas, que ataca a uno de cada mil millones de personas. El cuerpo se desarrolla normalmente, pero las piernas de las personas que lo padecen crecen a una velocidad de dos centímetros por semana, provocando que bebés con menos de un año midan ya casi 1,70 metros de altura.
El padre de Aquilino, como es un cachondo, se sube en su chepa para pasear por el jardín. Y el niño tan contento.
Con su padre en la chepa
lunes, 31 de octubre de 2011
Etiquetas: creatividad
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