El gordo y el flaco

viernes, 21 de octubre de 2011

Mi primo Nicéforo el levitante me manda unas fotos de su reciente régimen. Como somos una familia rara, todo lo hacemos al revés. Nicéforo era entrenador personal y estaba más cachas que Tarzán. Pero como se aburría como un mono (nunca mejor dicho) empezó un régimen, y, como era delgado, el régimen lo hizo para engordar. Empezó a ponerse gocho de comida basura, grasas y chuches hasta quedar convertido en la foca monje que aparece en las imágenes. Ahora ya no cabe en la Puch X30 que le regaló Jennifer, pero el tío está tan contento. Jopé, qué familia, por Dios.






















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