Yo te cuido

Es la historia más tierna que he leído nunca. Soy un gran amante de los animales, pero siento especial debilidad por los perros, a los que considero algo así como un regalo que nos hizo el cielo hace tiempo, para que no nos sintamos tan solos en el universo.
Hace unos años, los veterinarios tuvieron que extirparle los ojos a una preciosa perra gran danés. Sus amos pensaron en sacrificarla para evitarle más sufrimientos; sin embargo, alguien tuvo una idea: ¿y si le ponemos un lazarillo? Así que convirtieron a Maddison, su compañera de toda la vida, en su guía. Las ataron juntitas con una correa y casi no hicieron nada más. La extraordinaria inteligencia de ambas y la generosidad natural de Maddison, facilitaron que en pocos días ambas se movieran juntas sin el más mínimo problema. Maddison sabe que tiene que ayudar a Lily, y lo hace a base de empujoncitos, diciéndole así por dónde tiene que ir.  Y todo ello, sin la más mínima queja ni falta de interés, con entrega y dedicación absolutas.
Y nos creemos los seres más avanzados de la creación. No somos más que una panda de egoístas y de memos, y así nos va.